viernes, 31 de mayo de 2013

RELATOS II: "Q°1*"

                                                                           

     Dentro de un pequeño diamante, en las cercanías de Capilla del Monte, en la provincia de Córdoba, Argentina, un buscador de tesoros encontró una piedra con una inscripción muy antigua que decía “Q°1*, la fórmula matemática de la belleza”.



     El hallazgo era algo más que un símbolo, porque Pablo, el buscador, sabía que la belleza estaba referida a un estado del alma. ¿Tendría la fórmula del alma en estado puro? ¿Sería este el camino científico entre el mundo del cuerpo y el del espíritu?
    El problema era que este buen señor no entendía nada de matemáticas y tenía miedo de que este preciado descubrimiento cayera en manos peligrosas. Entonces, luego de meditarlo un buen rato, entregó la fórmula al río dentro de una botella.
     Pasaron unos días y la botella llegó a un monasterio zen. La encontró un monje y, maravillado por su descubrimiento, organizó una meditación multitudinaria con la piedra como objeto de atención.
     En ese momento, el arco iris más grande jamás visto cruzó la villa e iluminó los chakras principales de los monjes que participaban de la meditación colectiva. Al rato un comenta dejó una estela gigante en el jardín de la casa de retiros y las estrellas danzaban alrededor del recinto.



    Luego, la piedra con la inscripción fue guardada en un cofre para ser compartida con aquel científico que apareciera y fuera merecedor de tanta belleza, el día en que la comprensión de la contemplación ilumine a las ciencias. 

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