Si bien el
término “paradigma”significa ejemplo o modelo, la definición que tomaremos es
la de Thómas Kuhn: “una completa constelación de creencias, valores y técnicas
compartidas por los miembros de una determinada comunidad”. Fundamentalmente se
utiliza esta palabra cuando amerita hablar de patrones en una sociedad.
A partir de la
noción de Kuhn, el paradigma científico que ha sido dominante es aquel que
decía lo que se debía observar y qué tipo de interrogantes se debían hacer. El
filósofo decía “considero a los paradigmas como realizaciones científicas
universalmente reconocidas que, durante cierto tiempo, proporcionan modelos de
problemas y soluciones a una comunidad científica”.
En las ciencias
sociales se utiliza la noción de paradigma como una “cosmovisión”, o sea la
forma en que un grupo social interpreta y organiza la realidad.
CRISIS DEL PARADIGMA
Desde mediados
del siglo XX se percibe una crisis del paradigma reinante, no solamente de la
ciencia en sí, sino, como dice Miguel Miguélez Martinez en su libro “El
paradigma emergente, hacia una nueva forma de racionalidad científica”, en “el
modo de conocer”.
Y si, como dice
Martinez, estamos ante una manera de conocer diferente, todas las áreas de
nuestra vida cambiarán. Es por eso que también, un cambio de paradigma y éste
en particular, nos afecta de muchas maneras en nuestra cotidianeidad.
Martinez dice que
“no sólo estamos ante una crisis del fundamento del conocimiento científico
sino, también del filosófico y, en general, ante una crisis de los fundamentos
del pensamiento. Esta situación nos impone a todos un deber histórico
ineludible, especialmente si hemos abrazado la noble profesión y misión de
enseñar”.
Martinez habla
como docente que es, pero al comprender de qué se trata este cambio de
paradigma cada uno en su ámbito diario puede convertirse en un maestro.
Joost
Kuitenbrouwer, un estudioso de la temática, nos explica acerca del nacimiento
de esta nueva conciencia: “Los descubrimientos de la teoría cuántica y de la
relatividad, es decir, de la nueva física, que señalan que no hay objetividad y
que somos nosotros mismos, por la calidad y modo de nuestra percepción, quienes
generamos y creamos la realidad tal y como ella se desenvuelve, implican una
ruptura epistemológica radical con la percepción mecanicista anterior. No
podemos interpretar, entender el mundo, hablar del mundo, sin examinarnos, sin
llegar a entendernos a nosotros mismos... Es esta conciencia la que nos obliga
a examinar dentro de nosotros mismos las fuentes de la violencia y a descubrir
estilos de vida cualitativamente distintos. Hay una creciente conciencia,
independiente de posiciones políticas e ideológicas, de que existe una relación
concreta existencial mutua entre nosotros, nuestras maneras de ser y la calidad
del mundo en que vivimos.
En las próximas entregas
iremos desarrollando cada uno de los conceptos expuestos en este artículo para
poder tener una comprensión más amplia de lo que significa la necesidad de un nuevo
paradigma interdisciplinario. Y de la función del autoconocimiento como guía en
este nuevo escenario.
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