Cuando hablamos
de Iriología nos referimos a un método de diagnóstico clínico que se basa en la
observación del iris de los ojos y sus cambios. Los terapeutas que practican
este método alternativo afirman que el iris revela el funcionamiento y el
estado de salud físico, mental y emocional de la persona. Según ellos esta
información puede utilizarse para prevenir enfermedades, identificar anomalías
y contribuir a su tratamiento.
Sus orígenes se
remontan al antiguo Egipto y se afirma que Hipócrates habría utilizado este
método en el siglo IV a. C. Pero fue en el siglo XIX cuando el médico húngaro
Ignaz Von Peczely sistematizó la lectura del iris observando que cada
enfermedad se manifestaba en los pacientes con una marca distintiva en el mismo
punto del iris. Sus hallazgos fueron de interés dentro de la comunidad
científica de su época y en 1950, en Estados Unidos, el Doctor Bernard Jensen
configuró un diagrama detallado del iris de ambos ojos, en el que señalaba la
parte exacta del cuerpo con la que estaba relacionada cada zona del iris.
Cada iris
corresponde al lado respectivo del cuerpo, si bien muchas partes o funciones se
revelan en ambos ojos. Los iriólogos dicen que el iris muestra marcas blancas
cuando hay inflamación o estrés y manchas oscuras cuando una parte del cuerpo
no funciona bien.
Los terapeutas
del iris clasifican diez tipos constitutivos según los rasgos característicos
de los iris, cada uno de los cuales tiene puntos fuertes y débiles.
Las críticas a
este tipo de diagnosis están relacionadas con la posibilidad de no poder
visualizar a tiempo una determinada enfermedad. Los médicos más ortodoxos
consideran a la Iriología como poco científica. Se aclara que este método no
entrega diagnósticos de enfermedades alopáticas específicas sino que informa
sobre la evolución o tendencia de, por
ejemplo, determinados tejidos en el organismo.
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