La meditación es una experiencia.
Este es un acercamiento, con el límite que provoca la
palabra escrita, hacia el estilo contemplativo.
CONTEMPLACION DE UNA ROSA
Detengo la
mirada sobre la rosa. Lo primero que llama mi atención es el color rojo de sus
pétalos, intenso, brillante y profundo.
Llega hacia mí
la textura suave y fina de uno de sus pétalos. Quiero quedarme allí, en la
sensación, pero pronto mi atención es convocada por el contorno de la flor.
Tengo un plano
general de la rosa pero ella me atrae. Hago un acercamiento (soy como una
cámara de video) hacia el tallo verde y, para no llegar a las espinas, hago un paneo
hacia arriba y me vuelvo a encontrar con la bella flor.
La imagen se
vuelve más brillante.
Una gota de agua
baja por uno de sus pétalos. Siento la humedad de la gota pesada y traslúcida.
Me alejo un poco y vuelvo a tener en la mira a la flor completa.
Me siento tomada
por la flor. Aunque no exactamente.
No se puede
describir por medio de las palabras. Soy una con la flor. Por un instante, tal
vez, porque el tiempo se disipó.
Un pensamiento
ajeno me saca del gozo de la vivencia.
Veo ahora el
tallo unido a su flor serena y hermosa, sin gotas de agua. Presente.
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