Hace un tiempo
le hice una entrevista a la doctora Teresa Versyp (física) y me pareció que
sería de interés dentro de la sección sobre el paradigma emergente:
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¿Qué significa el cambio de paradigma en la Física moderna?
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Con el nacimiento de la Física Cuántica y su desarrollo a lo
largo del siglo pasado ha ido emergiendo un nuevo paradigma, una visión
totalmente diferente del Universo y de la realidad en la que estamos inmersos
en contraposición de la que podríamos denominar la visión mecanicista –
newtoniana de la naturaleza. Según esta última el hombre está inmerso en un
universo objetivo gobernado por leyes deterministas y fijas que pueden explicar
con suma precisión cualquier movimiento de los cuerpos. Esta idea choca
firmemente con la emergente visión cuántica que es profundamente indeterminista
(Principio de Incertidumbre de Heisemberg) y según el cual el hombre se
convierte en partícipe del mundo cuántico, o sea, el observador determina lo
observado.
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¿Cuál es la importancia de esta visión para la cotidianeidad?
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Lo importante es que la Física Cuántica, además de ofrecer una
óptica nueva del Universo, repercute sobre la visión de nuestro entorno y
nuestra vida cotidiana. De hecho sus aplicaciones ya forman parte del mundo
tecnológico (diodos, transistores, láser, superconductividad, resonancia
magnética, computación cuántica, ect.). Sin embargo, sus principios aún están
lejos del conocimiento del hombre cotidiano. El mundo de las partículas
elementales no funciona conforme a las reglas del sentido común determinadas
por nuestras experiencias cotidianas.
Surge una visión de la realidad llena de campos energéticos, en la cual
los mecanismos cuánticos trascienden la realidad observable.
En el paradigma
cuántico el hombre es una entidad energética inmersa en una realidad cuántica
donde rige la incertidumbre con un amplio abanico de posibilidades a su alcance
(Principio de Superposición). Es también de importancia destacar la
investigación cuántica del ser humano dirigida al estudio de la conciencia
como, por ejemplo, la transmisión de información a niveles atómicos y
subatómicos, la interacción del pensamiento con nuestro cuerpo o el intercambio
de energía con dimensiones invisibles. El paradigma cuántico nos conduce a una
visión holística de las cosas y nos ayuda en esta profunda interconexión de los
mundos energéticos sutiles con la realidad material.
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